La fe que nos hace falta

Muchas de las veces que comienzo a escribir algo me ayudo del diccionario de la real academia. Algunos de los que se atreven a leer las cosas que se me ocurren, se habrán dado cuenta que creo en muchas cosas terrenales y a veces algo banales como las personas y que dejé de creer en muchas otras como la existencia de un ser supremo que todo lo gobierna.

Pues bien, encontré como primer significado lo siguiente para el término «fe»

«En la religión católica, primera de las tres virtudes teologales, asentimiento a la revelación de Dios, propuesta por la Iglesia»

No me sorprende teniendo en cuenta lo que influyó la religión católica en nuestro idioma, pero si me sorprende que hoy no se haya revisado, sobre todo para que cualquier mortal que viva en una población aislada entienda las virtudes teologales, menos mal existe wikipedia, internet, etc.

Pero fe también es comerse el cuento, también es estar seguro, eso que nos falta a muchos colombianos cuando vamos a votar, cuando hablamos de las instituciones públicas o de los personajes que nos representan. Hoy esto está cambiando, tal vez por lo más cercano que representa a nuestra nación en estos momentos, el fútbol… hoy los colombianos nos estamos creyendo el cuento de que es posible y el equipo salta a la cancha convencido de que tienen con qué ganar esta competencia. Será posible replicar esto en el pueblo colombiano para otras tantas cosas?

Para Rodolfo Llinás, las cosas no han cambiado casi en nada y por eso, para hacer ciencia -que es lo que le gusta- vive hace 52 años fuera de su tierra; convencido afirma, «Colombia es una Cenicienta que quiere ir al baile de los países desarrollados» que seguimos como estamos porque «Somos un baúl repleto de contenidos, pero vacío de contexto» explica que esa es la razón por la que se nos dificulta aplicar el conocimiento en la realidad.

Si se ve desde afuera tiene toda la razón, algunas cositas hemos hecho (hoy hago parte de esas cositas que como país hemos hecho), hacen falta más, pero con más recursos y más compromiso de parte de los gobiernos, hace un poco más de 20 años, Rodolfo escribió unos libros con otros sabios más, donde soñaban que al menos el 1% del PIB se destinara a ciencia y tecnología. Eso aun no sucede. 

Sin embargo, tenemos que comernos el cuento, ser esa cenicienta que poco a poco va encontrando la forma y el traje para el baile. Nada se consigue de un día para otro, a los 36 años pero luego un poco más de 7 años de duro trabajo, Einstein logró para el desarrollo del planeta su increible -literal para su momento- teoría de la relatividad, un tiempo luego de esto, Elsa, la prima y también segunda esposa del físico, le preguntó por la posibilidad de que los experimentos para medir la desviación de la luz producida por la gravedad en un eclipse en 1919 hubieran revelado que su teoría de la relatividad estaba equivocada, este respondió…

«Entonces lo sentiría por el buen Dios, ya que la teoría es correcta»

No es esto el más poderoso convenicimiento de un ser humano? Definitivamente, esta es la fe que nos hace falta.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.